Los garbanzos contienen fibra, potasio, vitamina C y vitamina B-6. Todo ello, ayuda a la salud de nuestro corazón, ya que reduce la cantidad de colesterol en la sangre, disminuyendo así el riesgo de enfermedades del corazón.
Debido a su alto contenido en fibra, los garbanzos ayudan a prevenir el estreñimiento y promueven la regularidad de un sistema digestivo saludable.
Mantener una ingesta baja en sodio es esencial para reducir la presión arterial, sin embargo el aumento de la ingesta de potasio (como el contenido en los garbanzos) puede ser muy positivo debido a sus efectos vasodilatadores.
Diversos estudios han demostrado que los diabéticos tipo 1 que consumen dietas altas en fibra (como los garbanzos) tienen menores niveles de glucosa en sangre. Por otra parte, los diabéticos tipo 2 mejoran su nivel de azúcar en la sangre, los lípidos y los niveles de insulina. Para ello, se recomiendan de 20 a 25 gramos de fibra al día para las mujeres y de 30 a 38 gramos para los hombres.
La fibra es un elemento importante en el control y pérdida de peso al funcionar como elemento saciante y por tanto, reductor del apetito. Comiendo garbanzos nos sentiremos más llenos durante más tiempo y por tanto, reduciremos nuestro consumo total de calorías al día favoreciendo la pérdida de peso.
Muchos estudios han demostrado que incluir garbanzos en nuestra dieta reduce la cantidad de lipoproteína de baja densidad (LDL) en la sangre, o lo que conocemos como “colesterol malo”.
El selenio, presente en los garbanzos, desempeña un papel importante en la función de la enzima del hígado que ayuda a desintoxicar algunos compuestos que causan cáncer. Por si esto fuera poco, el selenio también previene la inflamación y disminuye la velocidad de crecimiento de los tumores. Además, la vitamina C del garbanzo funciona como un poderoso antioxidante y ayuda a proteger las células contra el daño de los radicales libres.
El contenido de vitamina K, hierro, fosfato, calcio, magnesio, manganeso, zinc y vitaminas presente en los garbanzos contribuye a la construcción y mantenimiento de la estructura y la resistencia ósea. Así, una baja ingesta de alimentos con vitamina K se ha asociado con un mayor riesgo de fractura de huesos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario